Son muchas las naciones que se han puesto firmes en la lucha contra el tabaco y uno de los métodos más escogidos son las restricciones publicitarias. La televisión, eventos como la Fórmula 1 o el fútbol se han alejados de los mortíferos cigarrillos en muchos países y por ello las empresas y firmas de tabaco deben buscar nuevos soportes y encontrar lagunas en la ley para poder promocionarse debídamente.
Quizás la ideamás maquiavélica es la de regalar cigarrillos a los jóvenes. Otra que también tiene su parte terrible es la de colocar las cajetillas de tabaco al lado de los dulces y chocolates en los establecimientos, lo que incitaría a una compra compulsiva, asociada a un consumo inocente y dulce.
De cualquier manera, las tabacaleras es normal que tengan que buscarse la vida. Quizás no con fórmulas tan agresivas como las citadas arriba pero al menos si con publicidad llamativa en los puntos de venta o mediante publicidad no convencional. Según las normativas, se les impide mostrarse en tantos soportes que su capacidad de pormoción ha sido mermada casi por completo en los medios tradicionales, lo que hace que las opciones no tengan por que ser tan ortodoxas.
Diego Celma Herrando
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